el arma q mata mas niños en nuestro mundo es el hambre... definitivamente si nos hacemos indiferentes simplemente nos convertimos en complices...

sábado, 11 de septiembre de 2010

PREVENCION DE LA DESNUTRICION OCULTA

Las ventajas de la prevención de la desnutrición oculta radica en una mejor calidad de vida de los niños y de su futuro como adultos. Esta prevención debe ser considerada ya que el diagnóstico de las carencias específicas es por lo habitual tardío y, por otro lado, de alto costo.

Se proponen las siguientes estrategias para prevenir la desnutrición oculta:

v La promoción de una dieta variada y completa con alimentos ricos en todos los micronutrientes.

v Contar con alimentos adecuadamente fortificados con las vitaminas y minerales carenciales.

v La suplementación con polivitamínicos y minerales. (21)

La recomendación más fuerte de la OMS es una dieta que incluya los cinco grupos de alimentos: lácteos y sus derivados (que aportan calcio y vitaminas A y D); carnes, legumbres y huevo (que aportan proteínas y algunas vitaminas); harinas y cereales (energía y algunas vitaminas); frutas y hortalizas (vitaminas y fibra) y, en menor medida, grasas, aceite y azúcar (aportan, básicamente, energía).(12)

Los suplementos nutricionales, en ciertas fases de la vida, son la mejor y más económica de las soluciones para eliminar riesgos en la población en general.

Se debería educar a la población sobre los alimentos que contienen los micronutrientes más importantes o mejor dicho, que vitaminas y minerales nos proveen los alimentos. Debido a la dificultad para modificar los hábitos nutricionales de la población, la mejor opción para proporcionarlos de manera completa es mediante la fortificación de los alimentos industriales o mediante la suplementación multivitaminica.

Es importante destacar la situación nutricional materna, previa y posterior a la concepción. Las mujeres deberían considerar el preparar a su cuerpo para la concepción, mediante la reducción saludable del peso corporal y mediante la ingesta de ácido fólico y de otras vitaminas, para cuando se presente el momento del embarazo. La mujer debe continuar con la suplementación multivitamínica durante toda la gestación y extenderla durante el período de lactancia. Así, la maternidad segura tiene como objetivo la salud del feto en desarrollo, pero para lograrlo, es necesario comenzar con una generación anterior, es decir con la salud de la madre.

Un estudio científico denominado Camden demostró que el uso de multivitamínicos y otros nutrientes producen una disminución importante del riesgo de partos prematuros y de recién nacidos con bajo peso.(13)

FACTORES MEDIOAMBIENTALES

Las condiciones ambientales pueden ser también causa de carencias específicas. Cada vez resulta más evidente que los factores medioambientales tienen repercusiones significativas en la salud y que algunos individuos presentan una sensibilidad aguda o crónica a contaminantes ambientales. Dado que muchas vías enzimáticas dependen de vitaminas, un estado vitamínico adecuado puede contribuir a mejorar la eficacia del metabolismo xenobiótico y la capacidad autoprotectora del organismo frente a los efectos de los nocivos contaminantes.(18)

Se ha demostrado que la exposición pasiva al humo del tabaco reduce las concentraciones plasmáticas de vitamina C.(19)

Las deficiencias de yodo o selenio ocurren en regiones que carecen de estos minerales, afectando a toda la población. La carencia de hierro es mayor en regiones donde la dieta es escasa en productos de origen animal.

En Medio Oriente y en la Región Andina de América del Sur, se ha informado la deficiencia de zinc. La pelagra y el beriberi se encuentran esporádicamente en campamentos de refugiados y comunidades que sufren malnutrición severa.

Las condiciones climáticas, las catástrofes, las malas condiciones higiénicas de los alimentos, la preparación inadecuada, la cocción y el almacenamiento, pueden reducir el aporte nutricional de los alimentos.(20)

La nutrición es pues un determinante de la respuesta inmune y la malnutrición es la causa más común de inmunodeficiencia en el mundo. La desnutrición

Las infecciones, aún leves, poseen efectos adversos sobre el estado nutricional. La importancia de estos efectos depende del estado nutricional previo, de la naturaleza y de la duración de la infección, y de la dieta durante el periodo de recuperación. Por otro lado, casi toda deficiencia de un nutriente, si es suficientemente severa, alterará la resistencia a la infección.

Las infecciones intercurrentes llevan a la disminución en la ingesta alimentaria. Esto es un factor que precipitará deficiencias clínicas evidentes de cualquier nutriente que ya se halla en una situación marginal.

Cuando se presenta diarrea, fiebre o cualquier otro tipo de infección es una práctica frecuente restringir la dieta, que se suma a la inapetencia.

Las infecciones asociadas a la malabsorción son muchas: bacterianas, virales o parasitarias. Puede ocurrir una malabsorción de vitamina A en enfermedades febriles sistémicas. Según un trabajo publicado, niños con diarrea aguda e infección respiratoria absorbían del 30 al 70% de la vitamina A ingerida. Se ha observado una caída significativa en las concentraciones de esta vitamina en niños con infección respiratoria aguda, en gastroenteritis y en sarampión, volviendo a lo normal con la recuperación.(16)

La desnutrición en los niños se asocia generalmente con deficiencias de vitaminas y minerales específicos. Se ha reconocido en los últimos años las consecuencias de las deficiencias de los micronutrientes que van desde una alteración en la inmunidad y aumento del riesgo de enfermedades infecciosas, hasta la muerte. Así la OMS, UNICEF y otras agencias internacionales han preconizado la incorporación de micronutrientes como una forma de romper el círculo desnutrición-infección.(17)

NUTRICION E INMUNIDAD:

La nutrición es pues un determinante de la respuesta inmune y la malnutrición es la causa más común de inmunodeficiencia en el mundo. La desnutrición calórico-proteica esta asociada con una alteración significativa de la inmunidad mediada por células, la función fagocitaria, el sistema de complemento, las concentraciones de Ig A secretoria y la producción de citoquinas. La deficiencia de nutrientes únicos o aislados, a diferencia de la desnutrición calórico-proteica, también resulta en una alteración de la respuesta inmunitaria, esto se observa aún cuando la deficiencia es leve. Posee una importante influencia sobre la respuesta inmune el zinc, selenio, hierro, cobre, vitaminas A, C, E, B6 y ácido fólico.(14)

Las necesidades de micronutrientes, especialmente aquellos relacionados con la función inmunológica son mayores en la infancia, especialmente en los primeros años de vida al ser más frecuente la exposición a procesos infecciosos. Las infecciones aumentan las necesidades nutricionales como todo proceso catabólico, pero además, aún las enfermedades banales determinan una disminución de la ingesta habitual que contribuye a la aparición de desnutrición. El cuidado alimentario en el período de convalecencia es importante para lograr una adecuada recuperación nutricional.(15)

EPIDEMIOLOGIA

Los grupos más susceptibles de sufrir deficiencias de micronutrientes son los niños pequeños, las mujeres de edad fértil y las personas de la tercera edad. De acuerdo a estimaciones de la OMS entre 70 y 80 millones de mujeres y niños sufren de deficiencias de vitamina A. Cada año casi medio millón de estos niños sufre ceguera y dos tercio de ellos mueren después. La deficiencia de hierro afecta a dos mil millones de personas.(11)

Esto puede derivar en problemas de atención y de aprendizaje, irritabilidad, apatía, síntomas que muchas veces se asocian a cuestiones psíquicas o emocionales y no a motivos físicos concretos. Por eso, aunque es reversible si se detecta a tiempo, en algunos casos esta forma silenciosa de desnutrición puede dejar algunas secuelas.(12)

Aún no se ha establecido la incidencia mundial de deficiencias de vitaminas del complejo B, vitaminas C, D, E y de otros minerales, pero las deficiencias marginales pueden ser bastantes extendidas en las poblaciones que no consumen carne, leche o productos lácteos.(11)

Estudios epidemiológicos muestran que existen deficiencias nutricionales de micronutrientes en mujeres de edad fértil, de todos los grupos socioeconómicos y de nivel educacional, lo que representa un problema de salud pública.

Algunas deficiencias, mas el incremento de los requerimientos, no satisfechos durante la gestación, se asocian con una mayor morbi-mortalidad materna y perinatal, con impacto en el desarrollo ulterior del niño y potenciales consecuencias intergeneracionales.(13)

DESNUTRICION OCULTA Vs. DESNUTRICION AGUDA

En nuestro país el perfil de la desnutrición se ha modificado. La desnutrición aguda (emaciación) ha disminuido y se concentra en “pozos” de marginalidad y pobreza, mientras que la desnutrición oculta, cuyos ejemplos más claros los constituyen las deficiencias de hierro y de vitamina A, afecta a una proporción de la población infantil, que es por su condición biológica y por sus necesidades nutricionales, el grupo más vulnerable.(7)

Mientras que la desnutrición aguda afecta a algunos pocos, la desnutrición oculta compromete el potencial de crecimiento y desarrollo de millones de niños en todo el mundo.(8)

A diferencia de la desnutrición aguda o emaciación, que aparece como consecuencia de severos problemas sociales en las zonas más pobres de nuestro país, o del retraso crónico de crecimiento que afecta principalmente a los niños provenientes de sectores sociales más desprotegidos, la desnutrición oculta afecta a toda la trama social, sin distinción de clases sociales ni regiones geográficas.

En los niveles de sociedad de mayor poder adquisitivo no suelen producirse deficiencias vitamínicas graves. Sin embargo, el consumo de las vitaminas B1, B2, B6 y C, en particular, tiende a ser marginalmente insuficiente en los países industrializados, debido a hábitos alimentarios poco saludables y a la alta elaboración de los productos.(9)

En razón de que los micronutrientes participan en prácticamente todos los procesos enzimáticos y de reacciones químicas a nivel celular, su carencia determina que los signos clínicos sean sutiles e insidiosos. En general su diagnóstico suele ser tardío, cuando existen síntomas que motivan su exploración.

Los síndromes de deficiencia nutricional que comprometen vitaminas y micronutrientes evolucionan a través de tres estadíos: debido a que la mayoría de los micronutrientes se almacenan en los tejidos, por tanto, una reducción temporal en la ingesta se compensa mediante una disminución de los depósitos corporales. El segundo estadío comprende alteraciones metabólicas sin síntomas, mientras que la depleción grave producirá el estadío final con signos y síntomas clínicos.(10)

DESNUTRICION OCULTA: Una nueva forma de desnutrición. Dr. Pablo Andrés Ferreyra, Dra Nancy Raquel Vallejos

INTRODUCCION

La creciente incorporación de alimentos ricos en grasas o en azúcar en la dieta habitual hace que se cubran las necesidades de energía y de proteínas, pero no así las de vitaminas y minerales.(1)

Ciertos hábitos de alimentación determinan un mayor riesgo en la aparición de carencias específicas de vitaminas y minerales.

De acuerdo a recientes publicaciones, llama la atención un problema nutricional que es más frecuente en comunidades de mayor nivel socioeconómico: la tendencia de la gente joven hacia la comida “chatarra”. Sumada a la dieta habitual aumentan el riesgo de obesidad y si reemplazan a los alimentos pueden provocar o agravar la deficiencia de micronutrientes.(2)

El consumo de gaseosas, jugos artificiales, bebidas no carbonatadas muy ricas en azúcar, como así también golosinas y snacks elaborados con dulces o cobertura, las comidas rápidas (fast food) ricas en grasa en su elaboración o en su cocción, los productos de copetín, conforman parte de la dieta habitual de los niños a edades cada vez más tempranas.(3)

La ingesta de frutas está por debajo de los niveles recomendados. A pesar de que el consumo de frutas y vegetales frescos ha aumentado en distintas regiones del país en 1,3% (con variaciones del 1,75 al 2,3%), aún representa un porcentaje bajo de las calorías totales disponibles en la dieta.(4)

Por otro lado, el consumo decreciente de leche puede llegar a ser un problema. Se demostró que los niños hoy en día consumen un 16% menos de leche que los niños de la década del 70. La leche es una fuente crucial de calcio, como así también de numerosas vitaminas como la vitamina D y la riboflavina. De hecho, la leche fortificada con vitamina D, es la principal fuente de esta vitamina en los Estados Unidos.(5)

El término "micronutrientes" se refiere a las vitaminas y los minerales que son indispensables para el ser humano, que se necesitan en cantidades mínimas para los diferentes procesos bioquímicos y metabólicos del organismo. El cuerpo humano no puede sintetizar las vitaminas ni los minerales y, por tanto, se deben obtener de los alimentos y en circunstancias especiales mediante la suplementación de compuestos sintéticos. Estos nutrientes son parte esencial de enzimas y proteínas que son vitales para el crecimiento físico y el desarrollo cognoscitivo, el mantenimiento fisiológico y la resistencia a la infección. Como los requerimientos diarios de vitaminas y minerales son relativamente pequeños (microgramos o miligramos), se les denomina "micronutrientes."

La OMS y la UNICEF han definido al conjunto de carencias específicas de micronutrientes, que se caracterizan por ser altamente prevalentes, como desnutrición o hambre oculta. Estas carencias poseen un impacto sobre la salud y requieren de cierta instrumentación para su diagnóstico.

La más importantes y reconocidas son las deficiencias de hierro, de yodo y de vitamina A. Aunque podrían considerarse también a otros micronutrientes importantes para el desarrollo infantil, como por ejemplo el zinc, algunas vitaminas del complejo B, tal como la riboflavina y el ácido fólico, y probablemente los ácidos grasos esenciales. La desnutrición oculta constituye la alteración nutricional más frecuente en Argentina, como así también en el resto de América Latina.(6)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Desnutrición Dr. Federico Gómez

La asimilación deficiente de alimentos por el organismo, conduce a un estado patológico de distintos grados de seriedad, de distintas manifestaciones clínicas, que se llama Desnutrición.

El término Desnutrición, ya adoptado definitivamente en la terminología de nuestro Hospital, ha venido a simplificar extraordinariamente, la confusión y variedad de nombres, que existían en las distintas escuelas de Pediatría y que se usaban para denominar padecimientos semejantes: las entidades clínicas llamadas Hipotrepsia, Hipotrofia, Distrofia, Atrepsia, Atrofia de Parrott, Descomposición, Consunción, Malnutrición y otras más, son, sencillamente, distintos grados de un mismo padecimiento de etiología variada, que ahora denominamos genéricamente con el nombre de Desnutrición.

La palabra desnutrición señala toda pérdida anormal de peso del organismo, desde la más ligera hasta la más grave, sin prejuzgar en sí, de lo avanzado del mal, pues igualmente se llama desnutrido a un niño que ha perdido el 15% de su peso, que al que ha perdido 60% o más, relacionando estos datos siempre al peso que le corresponde tener para una edad determinada, según las constantes conocidas.

La desnutrición puede ser un trastorno inicial único, con todo el variado cortejo sintomático de sus distintos grados o puede aparecer secundariamente como síndrome injertado a lo largo de padecimientos infecciosos o de otra índole y, entonces sus síntomas y manifestaciones son más localizadas y precisas.

La clasificación de los distintos grados de desnutrición ha sido objeto de terminología también distinta y a veces confusa y poco connotativa; nosotros seguimos la terminología simplista que iniciamos en el Hospital y que señala con bastante claridad, el estado que guarda un niño desnutrido en sus distintas etapas.

Llamamos desnutrición de primer grado a toda pérdida de peso que no pase del 25% del peso que el paciente debería tener, para su edad; llamamos desnutrición de segundo grado cuando la pérdida de peso fluctúa entre el 25 y el 40%, y, finalmente llamamos desnutrición de tercer grado, a la pérdida de peso del organismo más allá del 40%.

Causas que producen la desnutrición

Se puede decir que el 90% de los estados de desnutrición en nuestro medio, son ocasionados por una sola y principal causa: la sub-alimentación del sujeto, bien sea por deficiencia en la calidad o por deficiencia en la cantidad de los alimentos consumidos.

A su vez la sub-alimentación la determinan varios factores: alimentaciones pobres, miserables o faltas de higiene, o alimentaciones absurdas y disparatadas y faltas de técnica en la alimentación del niño. El 10% restante de las causas que producen la desnutrición lo encontramos causado por las infecciones enterales o parenterales, en los defectos congénitos de los niños, en el nacimiento prematuro y en los débiles congénitos; por último, hay un sector que tiene como origen la estancia larga en hospitales o en instituciones cerradas, es decir, el hospitalismo.

El hospitalismo es una entidad patológica indeterminada y misteriosa que altera profundamente el aprovechamiento normal de los alimentos y que se instala en el organismo de los niños hospitalizados por lago tiempo, a pesar de que están rodeados de todas las atenciones higiénicas y médicas y a pesar también, de que la alimentación a que están sometidas sea correcta desde todos los puntos de vista que se la considere.

Es una especie de desminución profunda de la facultad reaccional, defensiva y de aprovechamiento que normalmente tiene el organismo del niño, que afecta la fisiología normal del sistema digestivo y que repercute hondamente en todos los procesos de anabolismo.

En la época del arzobispo Lorenzana, 1780, los frailes que atendían la Casa de Cuna anotaban en sus libros que ''los niños morían de tristeza''; no encontraban en ellos mal alguno, solamente no progresaban, no querían comer, se ponían tristes y morían.

Muchos años después hemos comprobado nosotros –Rev. Mex. De Puericultura. Tomo III. Pág. 245.– como la desnutrición se instalaba en niños de la Casa a pesar de toda la técnica médica y dietológica de que se les rodeaba; para salvarlos sólo había una medida, cambiarlos de la Institución Cerrada a su propio hogar o a un hogar substituto.

Está probado el mal que resiente el sistema de defensas, reacciones y aprovechamiento alimenticio de un niño menor de dos años después de cuatro o más meses de hospitalización.

La sub-alimentación, causa principal de la desnutrición, tiene múltiples orígenes, pero en nuestro medio son la pobreza, la ignorancia y el hambre las causas que corren parejas disputándose la primacía en la patogenia de la sub-alimentación, que acarrea la desnutrición.

Por lo general el niño alimentado al pecho, aun viviendo con una madre en situación precaria de higiene y de abandono, progresa satisfactoriamente hasta los seis o siete meses de edad; pasado este tiempo se inicia la tragedia lenta pero segura del estacionamiento o de la pérdida de peso que lleva al niño hacia la desnutrición. El pequeño sigue creciendo y aumentando en edad, y la madre, por el contrario, entra en la fase negativa de la lactancia y cada día está menos capacitada para satisfacer, solamente con su pecho, las necesidades alimenticias del niño; la ignorancia le impide saber qué otra cosa puede darle o la pobreza le impide adquirir lo que ella sabe que su hijo puede comer; la criatura medio se sostiene con los restos de leche materna que le da una mujer mal alimentada y ya en el periodo de hipogalactia fisiológica; primeramente hay estancamiento en el peso, después se inicia la desproporción entre el peso y la edad y posteriormente la desproporción entre los tres factores, peso, edad y talla, que normalmente siguen curvas paralelamente ascendentes. En la desnutrición la única curva que se mantiene normal es la de la edad, estableciendo con las otras, una extraordinaria divergencia.

Cuando el niño cumple un año, apenas si conserva el peso que tenía a los seis meses; unos meses antes o en esta época, se ha iniciado el destete y la alimentación mixta, a veces disparatada y a veces miserable por su exigua cantidad y calidad; en un caso o en otro se sigue arruinando la fisiología de los sistemas de aprovechamiento del organismo y acentúandose el desplome de la curva del peso; las infecciones se implantan fácilmente en este terreno debilitado, afectando, bien sea las vías enterales o localizándose en los sitios parenterales más susceptibles que complican el cuadro con diarrea periódica que agota progresivamente las exiguas reservas que al organismo le van quedando.

En esta pendiente de desnutrición, el niño rueda con mayor o menor rapidez pasando de la desnutrición ligera a la media y de la desnutrición media a la muy grave, en forma insensible y progresiva, si no hay la mano médica experta y oportuna que lo detenga en su caída.

Cuadros clínicos

Desnutrición de primer grado

El niño se vuelve crónicamente llorón y descontento, contrastando con la felicidad, el buen humor y el buen sueño que antes tenía; este paso es insensible y frecuentemente no lo notan las madres, a menos que sean buenas observadoras; tampoco se aprecia que adelgace, pero si se tiene báscula y si se compara su peso con los anteriores, se nota que éstas se han estacionado en las últimas cuatro o seis semanas. En este periodo no se observa diarrea, sino por el contrario ligera constipación, no hay vómitos u otros accidentes de las vías digestivas que llame la atención. Las infecciones respetan al niño que aun conserva su capacidad reaccional y defensiva casi íntegra, como generalmente acontece en la iniciación del mal.

Así, el dato principal que se observa, y solamente si se busca, es el estacionamiento en el peso o un ligero descenso de él que persiste a través de las semanas; el niño avanza en edad y el peso se va quedando a la zaga, avanzando penosamente o estacionado.

Desnutrición de segundo grado

Insensiblemente la pérdida de peso se acentúa y va pasando del 10 ó 15%, a pérdidas mayores; la fontanela se hunde, se van hundiendo también los ojos y los tejidos del cuerpo se hacen flojos, perdiendo su turgencia y su elasticidad; el niño duerme con los ojos entreabiertos, es pasto fácil de catarros, resfriados y otitis, se acentúa su irritabilidad; fácilmente hay trastornos diarréicos y a veces se percibe, desde esta etapa de la desnutrición, discretas manifestaciones de carencia al factor B, así como edemas por hipoproteinemia.

El final de la etapa segunda en la desnutrición es ya francamente alarmante y obliga a los padres a recurrir al médico si antes no lo habían hecho.

Si el médico es impresionado por el accidente enteral agudo, o por la faringitis o la otitis y sin hacer una cuidadosa búsqueda en la dieta del pequeño paciente para estimar su calidad y su rendimiento energético, pasa por alto este renglón vital de orientación, y prescribe ''para la infección'', el niño habrá dado un paso más en la pendiente fatal de la desnutrición.

Por otra parte, si las medidas dietéticas y terapéuticas a que se acuda no son lo suficientemente cuidadosas y efectivas, el paciente cae en una exquisita intolerancia a toda clase de alimentos y a toda cantidad que se le dé; esta intolerancia obliga a cambios frecuentes en la dieta, y a nuevos intentos de acomodación digestiva por parte del organismo, en los cuales se pierde tiempo, se va aumentando la destrucción de sus reservas, y el desplome de la curva de peso, que cada vez se aleja más del paralelismo normal con la curva de la edad.

Desnutrición de tercer grado

La desnutrición de tercer grado se caracteriza por la exageración de todos los síntomas que se han enumerado en las dos etapas anteriores de desnutrición, y el niño llega a ella bien sea porque no hubo una mano experta que guiara la restitución orgánica, o porque la miseria y la ignorancia hicieron su papel homicida, o porque a pesar de las medidas tomadas, ya la célula y su mecanismo metabólico habían entrado en una fase negativa o de desequilibrio anabólico que no permiten que se aproveche ni las cantidades mínimas para sostener la pobre actividad del paciente.

Los ojos se hunden, la cara del niño se hace pequeña y adquiere el aspecto de ''cara de viejo''; se ven prominentes todos los huesos de la cara y la bola grasosa de Bichat hace su grotesca aparición como última reserva grasosa de este sector del organismo.

Los músculos de los miembros cuelgan como pesadas cortinas forrados de piel seca y arrugada; los huesos de los miembros superiores, del dorso y del tórax se observan forrados de una piel escamosa, arrugada, sin vitalidad y sin la menor elasticidad. Los ojos de la criatura quedan vivos, brillantes y siguen con una gran avidez, los movimientos que a su alrededor se desarrollan, como buscando ansiosamente el alimento que le podría servir de salvación.

Muchos desnutridos llegan a esta etapa sin tener edemas por carencia proteica o manifestaciones de carencias vitamínicas y en cambio a otros se les ve hinchados de sus piernas, del dorso de las manos y de los párpados y sobre estos edemas hay manifestaciones peligrosas hipercrómicas, acrómicas y discrómicas, que dan el conocido, mosaico de colores y de formas, que en Yucatán se conoce con el nombre de ''culebrilla''.

Sobre el estado angustioso de autoconsunción, se observan como síntomas predominantes, la intolerancia absoluta a la alimentación, que toman a veces vorazmente; los vómitos fáciles, los accidentes digestivos de aspecto agudo o semi-agudo y las infecciones focales que estallan con periodicidad desesperante y virulencia cada vez mayor.

El cuerpo del paciente se encuentra en completa bancarrota orgánica; las células solamente tienen capacidad para transformar en alimentos de consumo, los aminoácidos que extraen de las miserables reservas proteicas que van quedando en los músculos; no hay alimento por sencillo, puro y apropiado que se busque, que pueda aprovecharse y a veces ni siquiera tolerarse. Es la etapa de los balances negativos en todos los sistemas del organismo que en estado normal se encadenan, se equilibran y se complementan para la asimilación.

El catabolismo aumenta su curva desproporcionadamente, y su función de arrastre y desecho adquiere proporciones catastróficas y destructoras, llevándose todo lo poco utilizable que va quedando en el desastre, de moléculas proteicas, de reservas glicogénicas o de reservas grasosas. Las sales minerales y el agua también tienen abiertas sus compuertas y no es extraño que un cuadro de anhidremia aguda se implante con el más ligero accidente diarreico.

La terminación de estos cuadros es generalmente acelerada por accidentes digestivos agudos o por infecciones enterales o parenterales, que dan la más diversa sintomatología final.

Profilaxis de la desnutrición

Hay que considerar dos aspectos a cual más de importantes en la prevención de la desnutrición.

1o. Factor familiar.
2o. Factor médico.

Factor familiar

I. Es obvio que combatiendo la miseria se evitaría en un gran porcentaje la desnutrición, pero no está a nuestra mano médica señalar medidas de alcance nacional que eleven el standard de vida de nuestro pueblo. Sin embargo, queda el factor ignorancia familiar que debe de ser combatido intensamente por todos los medios a nuestro alcance; el médico se debe de convertir en educador de sus clientes y en propagador de los conocimientos de puericultura más elementales para que los padres aprendan a distinguir al niño sano del enfermo y acudan oportunamente al consultorio o al hospital.

Debemos enseñar a los padres a estimar el enorme valor que tiene el pesar cada semana a los niños de menos de dos años; a estimar el peligro de no ganar en peso por varias semanas o a perderlo; a temer a los vómitos y a la diarrea.

La profilaxis de la desnutrición es obra de conjunto de los médicos, de las enfermeras, de las trabajadoras sociales, de los departamentos oficiales, de las Instituciones privadas y en una palabra, de todo elemento social que tenga contacto con la madre y el niño de un país.

Factor médico

II. Es indispensable que el médico conozca el valor energético de los alimentos y cómo integrar una fórmula correcta de alimentación; también debe saber las necesidades calóricas de un organismo para poder dictar medidas dietéticas que prevengan la desnutrición.

El médico que sabe darle a la curva de peso el valor inmenso que tiene durante el primer año de la vida, puede prevenir la desnutrición de los niños confiados a su cuidado o combatirla oportunamente.

Los cambios frecuentes de leche en los niños, traen desadaptación digestiva y alteración de la función del sistema que puede conducir a la desnutrición.

El médico debe tener paciencia para conseguir la adaptación digestiva a nuevas fórmulas y aconsejar paciencia también a la madre en lugar de entrar en el tortuoso camino de cambiar una y otra y más veces de leches, porque ''no le caen'' al niño o porque otro médico aún no las ha empleado.

Verificado el rendimiento energético de una alimentación, verificada su digestibilidad, su pureza y su técnica de preparación, se comete un error si antes de cambiarla no se espera un término razonable de adaptación digestiva.

Combatiendo a tiempo las infecciones y equilibrando los defectos congénitos se previenen también algunos estados de desnutrición.

Aunque durante las infecciones está lógicamente disminuida la capacidad para digerir, no hay que pecar por dietas muy pobres, pues se conduce al organismo a un peligroso estado de desnutrición. (Dieta en la fiebre tifoidea o en las variadas infecciones por salmonelas y shigelas).

La infección prolongada conduce a la desnutrición y la desnutrición prolongada por su parte, expone al organismo a la invasión fácil de las infecciones.

El conocimiento de este peligroso círculo por el médico, lo pondrá alerta para prevenir la desnutrición.

Tratamiento

Desnutrición del Primer Grado

Si el médico ha hecho un buen diagnóstico etiológico valorizando cuidadosamente la historia de la alimentación aun en los detalles más mínimos, el tratamiento de la desnutrición de primer grado es sencillo y rápido, a menos que obedezca a infecciones incontrolables o a defectos congénitos imposibles de remediar.

Si la causa es por sub-alimentación, como pasa en un 90% de los casos, basta completar las necesidades energéticas del paciente con una dieta apropiada para su edad y antecedentes, para que el niño recupere su peso, vuelva a su buen sueño, y a su disposición general feliz y contento.

Ningún medicamento, ninguna vitamina, ningún tónico, son necesarios, sólo alimento digestible y suficiente y el éxito es rotundo.

Se puede decir que 100% de pacientes se salvan si son correctamente tratados y vistos con oportunidad.

Desnutrición de Segundo Grado

Dos medidas deben de guiar la terapéutica en estos casos:

1a. Dar una alimentación de alto valor energético en el menor volumen de la fórmula, para poder ministrar 250, 300 o más calorías por kilo, por día, sin acarrear vómitos.
2a. Combatir tenazmente las infecciones; drenar los oídos si están enfermos, quitar adenoides, vigilar el riñón, vigilar la piel, etc.

Hay otra serie de medidas que completan la lucha: Complejo B Hipodermoclisis de suero fisiológico 25 c.c. por día; estimular la actividad de la piel con fricciones generales de alcohol a 50%, vigilar la ingestión suficiente de líquidos, imponer cierto grado de actividad física para combatir la astenia y la indiferencia; pequeñas transfusiones de sangre total (10 c.c. por kilo), aplicadas cada cinco días.

El éxito se obtiene en un 60 o 70% de los casos si no hay infecciones que se hayan apoderado del organismo y le impidan toda posibilidad de restablecimiento.

Desnutrición de Tercer Grado

La mayoría de los tratamientos y medicinas fracasan ante una Desnutrición de Tercer Grado; cuando el niño ha perdido más del 50% del peso que debería tener de acuerdo con la edad, la lucha es desesperada, costosa y casi siempre inútil; principalmente cuando se trata de una desnutrición que ha venido progresando poco a poco, consumiendo totalmente las reservas y agotando la facultad reaccional y defensiva del organismo.

Es menos sombrío el pronóstico cuando se trata de una desnutrición violenta causada por fiebre tifoidea, o por vómitos acetonémicos o por algún otro trastorno que en poco tiempo desnutre; en estos casos la reacción favorable del organismo, sus defensas vivas y la fuerte combustión de la convalecencia lo ponen a salvo en pocos días.

La desnutrición de tercer grado requiere una gran discreción para realimentar, buscando que el sistema digestivo restablezca su capacidad funcional para digerir, muchas veces totalmente perdida.

Alimentos en pequeño volumen, sin grasa y de gran valor energético a expensas de los hidrocarbonados y las proteínas, son los de elección.

Leche láctea semidescremada y con 10% de Dextro-Malto o miel de maíz es el alimento con que iniciamos la realimentación en el Hospital; al mismo tiempo, si el niño pasa de un año, agregamos pan para provocar la masticación y la salivación, y plátano bien maduro.

Todo síntoma agudo debe de combatirse con tenacidad: anhidremia, infección enteral, infección parenteral, infecciones de la piel, etc.

Se hacen transfusiones diariamente 15-20 c.c. por kilo de peso, precedidas siempre de igual o doble cantidad de suero fisiológico o glucosado al 5%.

La hemoconcentración en la desnutrición de tercer grado debe de evitarse siempre; pero como es una condición casi inesperable y por otro lado el paciente necesita sangre total, se inyecta primero suero y después la sangre total; algunos pacientes reaccionan en las primeras 6 u 8 transfusiones, otros han necesitado 20 ó 22 y muchos ni con esta cantidad de sangre logramos hacerlos que aprovechen algo del alimento que se les da y aumenten de peso.

Se agrega Complejo B, vitamina C y vitamina A si encontramos signos de carencia a estos factores.

Son frecuentes las reacciones inversas, o paradójicas de Finkelstein; a medida que más alimento se da, principalmente si son prótidos, el peso más se desploma en lugar de aumentar, con el aumento de la fórmula. Estas reacciones inversas son debidas quizás a la barrera hepática que no puede llevar a cabo su función normal sobre las proteínas. Hemos logrado combatir estas reacciones inversas dando por vía endovenosa aminoácidos, amigen Mead, diariamente en una proporción de 3 a 4 gramos por kilo.

El Amigen es un Hidrolizado de proteínas que no requiere ninguna enzima específica para su aprovechamiento por la célula, así es que salva la deficiencia enzimática del estómago e intestino, salva la función hondamente alterada del hígado y va a la célula directamente.

El amigen nos ha dado una gran ayuda cuando la sangre total no ha sido suficiente.

La capacidad digestiva revelada por mayor apetito, mayor actividad, evacuaciones de mejor aspecto, detención de la pérdida de peso, exige constantes y cuidadosos aumentos en la dieta: huevo, jugo de carne, sopas, etc., hasta dar la dieta normal para la edad.

Debe de tenerse siempre en cuenta que a pesar de guiar bien un tratamiento dietético y terapéutico y observar reacciones favorables en el paciente, éste requiere un periodo de restitución que varía de una semana a cinco o seis, durante las cuales no aumenta peso, si acaso se sostiene sin perder más.

No debe de hacerse cambio dietético alguno tratando de acelerar la curación so pena de exponerse a un fracaso; la paciencia, la discreción y los pasos lentos, son atributos indispensables en el tratamiento de la denutrición de tercer grado.

La desnutrición de tercer grado es indispensablemente un trastorno que sólo en un hospital bien equipado y con experiencia, se puede tratar con alguna probabilidad de éxito.

Requiere tres o cinco meses de cuidados constantes, es extremadamente caro luchar con un paciente de este tipo que la mayoría de las veces es gente pobre en recursos económicos y de escasa cultura.

Los cálculos hechos en el Hospital del Niño nos enseñan que con los esfuerzos, el dinero y los elementos que empleamos para salvar a un niño que ha caído en Desnutrición de Tercer Grado, habría para prevenir la desnutrición en cien niños normales; o para curarla en setenta y cinco con desnutrición de primer grado.

Las medidas de las instituciones del Gobierno o privadas que se preocupan por la madre y el niño, deben de ser predominantemente preventivas para la desnutrición.

Conclusiones

1a. Se propone nueva terminología para substituir las palabras Hipotrepsia, Atrofia, Descomposición, Atrepsia, Hipertrofia, Distrofia, etc., etc., considerándolas como grados distintos de un mismo trastorno que afecta a todo el organismo y que se llama simplemente desnutrición.
2a. La nueva terminología se guía por la mayor o menor pérdida de peso que el organismo sufre, sin prejuzgar factores etiológicos o patogénicos.
3a. Se llamará Desnutrición de Primer Grado a la pérdida de peso que no sobrepase el 15% del peso normal para la edad del paciente. Se llamará Desnutrición de Segundo Grado a la pérdida de peso que oscila entre el 15% y el 40%; y por último se llamará Desnutrición de Tercer Grado a aquella pérdida de peso del organismo que sobrepase el 40% del peso que debería tener.

2010 Instituto Nacional de Salud Pública

Afecta desnutrición a 1.8 millones de mexicanos menores de cinco años


Convocan una campaña para financiar proyectos contra la problemática
CIUDAD DE MÉXICO (04/MAY/2010).- La desnutrición crónica afecta en México a 1.8 millones de niños menores de cinco años, de los cuales al menos 170 mil que habitan las zonas marginadas de las ciudades y el campo presentan una situación aguda y mueren por enfermedades infecciosas.

Guillermo Meléndez, consultor en nutrición y metabolismo de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), alertó que la desnutrición en México es un severo problema de salud pública.

Al presentar la convocatoria para la campaña 'Cadena de ayuda', que prevé apoyar con recursos los proyectos de organizaciones civiles que ayuden a abatir esta situación, expuso que a la desnutrición se suma la obesidad infantil que padecen 4.1 millones de niños entre cinco y 11 años de edad.

Los problemas de obesidad empiezan a partir de los dos años de edad, cuando la alimentación depende de la decisión de las madres sobre los recursos que tienen para dar de comer a sus hijos y los productos que usará, que en la mayoría de los casos son de alta densidad calórica.

'Este problema empieza a los dos años y brinca radicalmente en la primaria, donde las cifras de sobrepeso y obesidad de primero a sexto año prácticamente aumentan 10 por ciento', detalló Meléndez.

Con relación a la desnutrición crónica indicó que se ve más en las zonas marginadas del país, tanto urbanas como rurales, de la región sureste, y entre los efectos que presentan esos niños está la baja estatura, el lento aprendizaje y la muerte porque son más susceptibles a contraer infecciones.

'Las estadísticas del Instituto Nacional de Salud Pública hablan de que entre 168 mil y 170 mil son lo que se detectaron con un problema agudo; el resto, que son casi dos millones, presentan desnutrición crónica, de tal manera que el problema que hay es severo', indicó.

Guillermo Meléndez agregó que a pesar de los programas que se han establecido a nivel nacional e internacional, el problema se ha abatido, pero no se ha desaparecido.

Por ello una empresa farmacéutica de origen alemán que produce vitaminas y Transparencia Mexicana llaman a las organizaciones civiles a participar en esta convocatoria, para poder acceder a financiamiento de sus proyectos para abatir la desnutrición en México.

Pueden participar las organizaciones que tengan por lo menos tres años de constituidas y para más información se puede consultar la página www.cadenadeayuda.com.mx

El recurso con que se cuenta es de dos millones de pesos, fondos que se destinarán a las cuatro mejores propuestas que presenten las organizaciones civiles, y se obtendrán de la venta de los productos vitamínicos

Importancia de la alimentación infantil

Importancia de la alimentación infantilLa niñez es la etapa de la vida donde más cambios se producen, estos cambios tienen que ver con el crecimiento tanto físico como intelectual de los niños, en ello radica la importancia de la alimentación infantil. Dentro del vientre materno el niño depende de la alimentación de la madre para su normal desarrollo; una vez que nace hasta fines de su adolescencia necesita incorporar alimentos esenciales, que aseguren su crecimiento tanto físico como intelectual. Nutrición sana para niños Para que una nutrición para niños sea sana debe incluir los siguientes nutrientes: * Proteínas de alto valor biológico: Estas contienen aminoácidos esenciales para la formación de células, tejidos, sistema nervioso (neuronas), huesos. Estas proteínas se encuentran principalmente en las carnes y clara de huevo. * Hidratos de carbono: Son muy importantes como fuente de energía. Estos hidratos de carbono se pueden encontrar en verduras, frutas, legumbres y cereales integrales, que además aportan vitaminas y minerales, necesarios para distintas reacciones químicas que intervienen en el desarrollo integral del niño. * Grasas: Son esenciales para la formación de membranas y el establecimiento de las adecuadas conexiones neuronales. Dentro del grupo de las grasas encontramos como fundamentales ácidos grasos poliinsaturados (omega 3, omega 6, omega 9, etc.), ácidos grasos monoinsaturados (acido oleico, linoleico, linolénico, etc.). * Hierro: Este mineral es de suma importancia dentro de la alimentación infantil, sobre todo desde el nacimiento hasta los 3 años de edad, ya que es el período de mayor crecimiento tanto intelectual como físico. En esta etapa es donde el niño tiene mayor demanda de nutrientes, entre ellos el hierro. Se puede encontrar en el grupo de las carnes y vegetales de hojas verdes (acelga, espinaca, brócoli, legumbres, etc.) * Calcio: Este es otro de los minerales fundamentales para la formación ósea. Su aporte se consigue a partir del grupo de los lácteos. * Zinc: El zinc actúa como catalizador en el desarrollo del sistema inmunológico y en los procesos de desarrollo óseo y muscular de los niños. Se puede encontrar en carnes, sobre todo pescado, leche, vegetales verdes, etc. * Vitaminas del Complejo B: Se encuentran en los cereales integrales (avena, cebada, germen de trigo, salvado de trigo, maíz, legumbres, etc.) Como podrás observar la importancia de la alimentación infantil radica en que es fundamental para lograr el mayor potencial físico, mental e intelectual de los niños. Por ello es muy importante que controles el peso y talla de tu niño, ya que estos dos parámetros son esenciales para establecer como está creciendo. Estas dos simples mediciones pueden indicar si la alimentación está siendo la adecuada.