el arma q mata mas niños en nuestro mundo es el hambre... definitivamente si nos hacemos indiferentes simplemente nos convertimos en complices...

domingo, 29 de agosto de 2010

Argentina: Desnutricion. 25 niños mueren por dia



Hambre en el granero del mundo

Vergüenza: en Argentina, donde se producen alimentos para dar de comer a cientos de millones de personas, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año. Los datos oficiales, que miden la mortalidad infantil en 12,9 por mil nacidos vivos contrastan con el reciente informe de Unicef: 14 por mil. “No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes” dice el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo.

En el país más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes de su primer cumpleaños. En Cuba, la tasa de mortalidad infantil es de cinco por mil.

Bajo las doradas galerías de la Avenida Alem, en pleno centro porteño, una veintena de chicos se acomoda sobre cartones para pasar la noche. Recostados en hilera, aspiran pegamento con las miradas perdidas en el cielo. A metros de la Casa presidencial y de la Plaza de Mayo, cuna de la independencia, un bebé recién nacido llora buscando el pecho de su madre adolescente que revuelve la basura en busca de comida. En el país de las espigas de oro, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año y la tasa de mortalidad se eleva a 14 por mil nacidos vivos.

Constatadas por Unicef, estas cifras contrastan con las de los datos oficiales: según el Ministerio de Salud de la Nación, la mortalidad infantil es de 12,9 por mil nacidos vivos. En Cuba, la tasa de mortalidad es de 5,3 por mil según datos oficiales y 5 según el informe de Unicef.

¿Quién me robó mi niñez?
En la madrugada del 11 de diciembre de 2008, un cartonero encontró el cadáver de un niño de tres años mientras hurgaba en un contenedor del barrio porteño de Constitución, a menos de dos mil metros de la Casa de Gobierno. El cuerpo estaba envuelto en una frazada y presentaba fuertes signos de desnutrición. Según informaron las fuentes de la investigación, en los días posteriores al hallazgo no se registraron denuncias sobre la pérdida del niño lo que hacía suponer que había sido depositado en el basurero por algún familiar o conocido. Un día después de que apareciera el cuerpo sin vida de este niño sin nombre, al que seguramente nunca hamacaron en una plaza, la noticia desapareció de los medios de prensa.

Dos semanas después, una organización no gubernamental del Partido de La Matanza (Gran Buenos Aires) denunció que en el Mercado Central, más de 200 chicos de entre 8 y 13 años se prostituyen para poder comer. Según la denuncia, entre los que obligan a los niños a vender su cuerpo por comida, hay policías, changarines, seguridad privada, comerciantes, camioneros y directivos. El Mercado de La Matanza, principal centro comercializador de frutas y verduras del país, abastece a más de 11 millones de personas.

La desnutrición sufrida durante el embarazo y en los primeros meses de vida produce daños irreparables en el ser humano: retraso mental y físico, bajo peso y talla y dificultades en el aprendizaje. El informe de Unicef revela que el 66% de los niños y las niñas mueren en su primer mes de vida; “más de la mitad de estas muertes son evitables”, detalla el documento.

Cartografía de la desnutrición
Unicef aclara que en Argentina, el lugar de nacimiento condiciona las posibilidades de sobrevivencia: “Las probabilidades de morir antes de cumplir un año son tres veces superiores en Formosa que en la Ciudad de Buenos Aires. En las Provincias de Jujuy o Chaco, la probabilidad de muerte duplica a las jurisdicciones más favorecidas”. Paro cardiorespiratorio es el eufemismo con el que se encubre la desnutrición en los hospitales nacionales y provinciales colapsados por la falta de médicos, enfermeras, insumos y presupuesto.

En la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de mortalidad es de 8,3 por mil nacidos vivos; incluso en la orgullosa, rica y poderosa Capital Federal, el índice supera al de Cuba.

Mientras que según datos oficiales la tasa nacional ha descendido, en la provincia de Buenos Aires, la más rica del país en términos económicos y productivos, la mortalidad infantil ha pasado de 12,5 en 2006 a 13,5 en 2007.

En esta provincia, donde se tira una semilla y crece, durante 2006 murieron 3.280 bebés menores de 1 año y en 2007, 3.531: 10 bebés por día.

En La Matanza, el más grande conglomerado del conurbano, donde los chicos se venden por comida, 345 niños murieron en 2007 sin alcanzar su primer año de vida. Las cifras de la mortalidad en el Gran Buenos Aires sirven para diluir el mito de que el hambre sólo está en el Norte: 951 bebés menores de un año murieron durante 2007 en las localidades de Lomas de Zamora, Quilmes, Almirante Brown, Florencio Varela, Morón, San Miguel, Hurlingham, San Isidro, Merlo, Avellaneda y Lanús. En un año, el número de muertes evitables se incrementó en 100: durante 2006 murieron en esa zona 862 bebés.

Cientos de cruces de madera adornadas con guirnaldas de flores de todos colores brillan con la luz del sol en un cementerio de la quebrada de Humahuaca. “Se ha ido un angelito” dicen en el Norte cuando se muere un bebé y toda la gente va al velatorio vestida de blanco. En la provincia de Formosa, las familias de 24 bebés por mil nacidos vivos los entierran antes de poder festejarles su primer año de vida. En Chaco mueren 18,9 bebés y en Misiones y Jujuy la tasa se eleva a 17 por mil, siempre según datos oficiales.

“No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes: hace unos meses el kilo de pan costaba 3 pesos, hoy cuesta 5; la carne se compraba a 8 ó 12 pesos, hoy cuesta 16 ó 20. El litro de aceite se conseguía a 3 pesos, ahora anda por los 8 y la garrafa de gas de 15 kilos vale 50 pesos. Es imposible que los niños y adolescentes puedan alimentarse con 60 centavos”, afirma el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo.

El pasado 13 de enero, su hermano, el cura Jesús Olmedo, junto al premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, apoyaron los cuatro días de ayuno que más de 400 quiaqueños hicieron para denunciar la situación de pobreza y desnutrición que afecta al 60% de la población de esa zona.

La falta de alimentación está sumada a las condiciones de vida: la carencia de agua potable y de desagües cloacales favorecen la aparición de enfermedades infecciosas como la diarrea o la parasitosis que, en edades tempranas, provocan la muerte. En 2004, el Departamento de Maternidad e Infancia del Ministerio de Bienestar Social de Jujuy realizó un relevamiento por zonas que alcanzó a más de 50 mil niños (es el último estudio provincial al que se puede acceder).

Los datos reflejan que en la Puna jujeña (Departamentos de Cochinoca, Santa Catalina, Susques, Rinconada y Yavi) casi la mitad de los niños tiene bajo peso. Le sigue la Quebrada -Departamentos de Tumbaya, Tilcara y Humahuaca- con el 19,4% (el promedio provincial de bajo peso era entonces del 16,5%).

Los datos de desnutrición aguda vuelven a ubicar a la Puna en primer lugar con el 14,7%; en este caso seguida por la región Valles (Departamentos de San Antonio y El Carmen) con el 9,8%.

La Encuesta Nacional de Nutrición y Salud realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en 2005, muestra que frente a un total de 3,7% de desnutrición global, la provincia de Jujuy presentaba un 3%. La variación entre las cifras provinciales y nacionales se debe a que en ambos casos se utilizan parámetros diferentes. Por esta razón, aun si los organismos de Jujuy ofrecieran datos actualizados, sería difícil hacer una comparación con otros distritos.

“No hay estadísticas confiables”, afirma Carlos Santillán, ex dirigente sindical y actual titular de la Comisión de Derechos Humanos de la provincia de Jujuy. “En la Comisión de Derechos Humanos recibimos día a día pedidos de necesitados de toda la provincia que buscan comida y trabajo. Hace seis meses gestionábamos ante el Ministerio de Bienestar Social un pedido de 60 bolsones de comida al mes. Ahora estamos pidiendo 500″, agrega.

En los confines de la Argentina, cerca de 400 personas dejaron de comer para llamar la atención sobre el hambre. En la legislatura provincial fue presentado un pedido para que se declare a la Puna en emergencia social y alimentaria: el gobierno de Walter Barrionuevo, del Frente para la Victoria (Partido Justicialista), responde con silencio.

Los grandes medios nacionales se ocuparán del tema sólo cuando alguien muera o cuando les llegue una fotografía conmovedora. Jujuy, en tanto, es la provincia argentina que más planes asistenciales reparte. “La acción social dirigida sirve sólo a pequeños grupos, a algunas organizaciones y a los dirigentes de esas organizaciones que se convierten en millonarios teniendo a los pobres como mercancía”, denuncia Santillán. A fines de 2008, el Gobierno nacional anunció una disminución en el índice de pobreza del 23,4% al 20,7%. Los ocho millones de pobres de los datos oficiales contrastan con los 20 millones de argentinos que según diferentes estudios privados viven bajo la línea de pobreza.

La diferencia en el cálculo se explica: para el gobierno la canasta básica de alimentos es de 978 pesos; para los estudios independientes, asciende a los 1.400. “Mientras todo sube, los ingresos de los planes están estancados y si hace unos años 150 pesos era poco, ahora es nada”, dice el obispo Olmedo, quien en unión con los sacerdotes de su presbiterio denuncian públicamente la grave situación de pobreza e indigencia de los habitantes de Jujuy y los Valles salteños. “Por falta de olla” es la expresión popular utilizada por el personal de salud de la provincia de Salta para explicarles a las mamás las causas de la desnutrición primaria que sufren sus pequeños hijos.

Los datos oficiales del tercer trimestre de 2008 indican que el porcentaje de niños y niñas salteñas con déficit nutricional es de 5,4% entre los que tienen de 0 a 1 año de vida, y de 10% entre quienes tienen de 1 a 5. “En ese 10% están los bajitos y los petisos; la cronicidad en la pobreza es sinónimo de talla baja”, explica la doctora Gladys Pernas, Jefa del Servicio de Recuperación Nutricional del Hospital de Niños Jesús de Praga. “Que haya 10 niños de cada cien con déficit nutricional es una cifra alta y preocupante pero aun en los noventa restantes a los que se considera “eutróficos” (adecuado para la relación peso-talla) habría que preguntarse si esa talla corresponde a su edad o si estamos hablando de desnutridos crónicos, con pobreza de larga data”, alerta Pernas.

Por otra parte, las estadísticas rara vez consideran a los malnutridos, categoría en la que entran los desnutridos y los sobrenutridos por obesidad o sobrepeso. Los últimos datos disponibles señalan un sobrepeso de 10,8% en menores de un año y de 10,3% en el grupo de 1 a 6 años. Entre los acortados nutricionales por pobreza crónica hay dos tipos de carencias: la falta de alimentos, que los hace bajitos, y la dieta farinácea, que los hace gordos.

Sobrenutrido no es un indicador de bienestar, se traduce en graves enfermedades en adolescentes y adultos: hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes y accidentes cerebrovasculares. Argentina es uno de los primeros países del mundo en índices de muertes por estas enfermedades.

En la provincia de Salta -siempre según datos oficiales-, la mortalidad infantil fue de 14,9 por mil nacidos vivos durante 2006 y de 15,4 por mil durante 2007. A pesar de las declaraciones pre electorales del candidato a vicegobernador de la fórmula que asumió en diciembre de 2007 (Juan Manuel Urtubey del Frente Para la Victoria y Andrés Zottos del Partido Renovador de Salta), el proceso de gerenciamiento privado de la Salud Pública sigue siendo una constante en Salta. Así lo indica un trabajo realizado por asociaciones gremiales y de profesionales de la salud: “en ocho años de gerenciamiento privado del Nuevo Hospital Materno no ha mejorado la salud de la población involucrada”.

El estudio afirma que el Estado debería evaluar y corregir la orientación de sus políticas sanitarias y priorizar efectivamente las acciones de Atención Primaria. Más allá de las cifras, la investigadora de la Universidad de Buenos Aires y de Flacso, Mónica Sacchi analiza en su libro Mortalidad Infantil, un nombre, un rostro, una familia, seis casos de muerte de nenas y nenes que no llegaron a cumplir su primer año de vida. Sacchi realiza un estudio microsocial (condiciones de vida y salud materna) a partir de las percepciones y los significados que las madres asignaron a las muertes.

En las vidas truncadas de Esteban, Jimena, Micaela, Gabriel, Rosario y María Daniela la intensidad de la pobreza llevó a Mónica Sacchi a preguntarse y a interpelar: ¿qué es lo que falló?

En la provincia de Corrientes, famosa por sus ríos, esteros y bañados y por la música alegre del acordeón, la situación no es mejor que en Jujuy o Salta. Según un relevamiento de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), el 49% de los chicos menores de 18 años es pobre y un 29% pasa hambre.

El documento, basado en datos estadísticos oficiales y en estudios realizados por distintas organizaciones sociales y sindicales, sostiene que en el país, más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Corrientes ocupa el cuarto lugar entre las provincias con más chicos pobres e indigentes.

Democracia de la exclusión
En este país donde para tantos niños vivir o morir depende del lugar de nacimiento, marcados casi como un designio divino desde la cuna, son pocos los adolescentes que creen en la democracia. Sólo el 35% de los encuestados confía en la democracia, informó un estudio realizado por el Ministerio de Educación de la Nación a fines de 2008.

El análisis, llevado a cabo por el Programa Escuela y Medios, se hizo entre mil alumnos de 11 a 15 años de escuelas públicas de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Chubut.

Argentina produce alimentos suficientes como para dar de comer a varios cientos de millones de personas, posee un alto índice de PBI per capita y un elevado desarrollo científico-tecnológico. En las entrañas de su tierra hay petróleo, gas, oro y plata. El acuífero Guaraní, compartido con Brasil, Paraguay y Uruguay, es una de las reservas de agua potable más importantes del mundo.

En Cuba, pequeña isla ubicada en el medio del Caribe, a expensas de los huracanes y el mal clima donde no crece más que la caña, la mortalidad infantil es de cinco por mil nacidos vivos. Igual al de Canadá e inferior al de Estados Unidos (siete por cada mil), el índice cubano se sostiene pese al bloqueo que lleva casi tantos años como los que acaba de cumplir su revolución.

963 millones de personas tienen hambre en el mundo. La meta del milenio fijada por la o nU para reducir la desnutrición de cara a 2015 parece imposible de lograr dentro del sistema capitalista, en el que todo sobra, hasta los seres humanos.

Desde Buenos Aires, Inés Hayes con informes de Gabriela Tijman desde Jujuy, Marita Couto desde Salta y Orlando Pacua desde Corrientes

Riquezas naturales en la cuenca del Plata
El territorio de la República Argentina es el segundo más grande de América del Sur y el octavo en extensión de la Tierra. Tiene 3.694 kilómetros de largo de Norte a Sur y 1.423 kilómetros de Este a Oeste. Además posee 4.665 kilómetros de costa. La zona del océano Atlántico sobre la plataforma continental es inusualmente ancha y se la denomina Mar Argentino; bajo su superficie hay importantes recursos pesqueros e hidrocarburíferos.

En la actualidad, Argentina es la tercera potencia en materia económica de América Latina, superada por Brasil y México. En 2007, el PBI per capita fue estimado como uno de los más altos de la región: 13.300 dólares.Según el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), las exportaciones de bienes totalizaron en 2007 los 55.780 millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron los 42.525 millones, generándose un superávit de 13.255 millones de dólares. A fines de 2007 el Estado había acumulado reservas en moneda extranjera por 46.176 millones de dólares, monto equivalente al del total importado por año. La producción de alimentos provenientes de la agricultura y la ganadería es uno de los ejes de la economía argentina.

En total la producción rural, incluido el sector forestal, representó en 2007 el 5,61% del PBI total.Por otra parte, el país posee una considerable riqueza petrolera, minera y gasífera. Los principales yacimientos de petróleo se encuentran en la Provincia de Neuquén y los recursos mineros se concentran en las provincias cordilleranas a lo largo de 4.500 Kilómetros.

Sin embargo, mediante reformas constitucionales, leyes y decretos, los sucesivos gobiernos nacionales desde 1880 a esta parte, han permitido y continúan permitiendo que las compañías transnacionales saqueen los recursos naturales. La renta que se llevan es superior a los 20 mil millones de dólares anuales, cifra que supera ampliamente lo que se necesitaría para acabar con el hambre en el granero del mundo.

INFORME SOBRE DESNUTRICIÓN EN ARGENTINA

Indigencia, problemas educativos, antiguas falencias del sistema de salud, carencias en la infraestructura sanitaria, son algunos de los factores que explican la existencia de desnutrición infantil en nuestro país. Tipos de desnutrición. Las estadísticas disponibles. La ineficacia del gasto en salud y las fallas del modelo de atención hospitalaria. Las políticas de prevención.

La desnutrición infantil en Argentina, que afecta especialmente a las provincias del Norte, es resultado de un cóctel en el que se combinan el aumento de la pobreza extrema, el analfabetismo, la baja cobertura de saneamiento ambiental y las históricas falencias e inequidades de las políticas de salud, que se traducen en una deficiente atención materno-infantil.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la palabra "desnutrición" se utiliza para referirse a varias dolencias relacionadas con la ingesta de uno o más nutrientes -por ejemplo, proteínas, yodo o calcio- y caracterizadas por un desequilibrio entre el aporte de nutrientes y energía y las necesidades del organismo para su crecimiento y desarrollo.

En el periodo que transcurre entre la gestación y los dos primeros años de vida el déficit de nutrientes indispensables deja secuelas generalmente irreversibles. Los niños en crecimiento tienen altas necesidades de energía y proteínas y son más vulnerables a las infecciones. Inicialmente, debido a la mala alimentación, los chicos sufren pérdida de peso y quedan expuestos a un riesgo muy alto de enfermedades infecciosas -por ejemplo, la diarrea-, que a su vez agravan el cuadro de desnutrición. Más tardíamente se manifiestan un déficit en la talla y un retardo definitivo en el desarrollo intelectual.

En todo el mundo, de los casi 11 millones de niños menores de cinco años que mueren anualmente, la mitad lo hacen a causa de la desnutrición. Aunque en nuestro país el déficit nutricional es un problema de larga data, se carece de datos completos y actualizados.

Las estadísticas se basan en tres indicadores: peso para la edad, que mide la desnutrición global; talla para la edad, que refleja la desnutrición crónica, debido a que la baja estatura es producto de una carencia prolongada de nutrientes; y peso para la talla, que mide la desnutrición aguda.

Las estadísticas

Los estudios realizados en los últimos años revelan que la forma de desnutrición prevalente en Argentina ha sido hasta ahora el déficit de talla y que el Norte es la región más afectada.

Una encuesta antropométrica efectuada entre 1995 y 1996 por el Ministerio de Salud en niños menores de seis años atendidos en hospitales arrojó un 12,9% de chicos con déficit de talla. Hubo fuertes diferencias entre las distintas regiones del país. La mayor prevalencia de bajo peso y baja talla para la edad se encontró en Chaco y Tucumán (Tabla). Un nuevo estudio comenzó a implementarse en octubre de 2002.

Un censo escolar realizado entre 1991 y 1994 entre niños de seis y siete años de varias provincias también mostró que la baja estatura era un fenómeno significativo en el Norte (1). Otras estadísticas sobre desnutrición en niños de dos a cinco años, correspondientes a nueve ciudades, datan de 1999. En Santiago del Estero, 11% de los chicos de esa franja de edad tenían bajo peso (2).

En el año 2001 la proporción de niños con bajo peso al nacer -menos de 2,5 kilos- era de 7,4%, una tasa más próxima al promedio de los países industrializados (7%) que al de América Latina y el Caribe (9%) (3). Esa tasa se ha mantenido prácticamente constante desde 1990, con pocas variaciones en las distintas regiones del país, pero una serie de datos más recientes difundidos por algunos hospitales cuando tomó estado público el problema de la desnutrición sugieren un aumento.

Otro dato que anticiparía índices más altos de desnutrición es el incremento que ha experimentado el número de niños que viven en hogares indigentes, es decir, que no cuentan con los ingresos suficientes para cubrir una canasta alimentaria básica. De acuerdo con un estudio del Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales de la Nación (SIEMPRO), en octubre de 2002 el 42,7% de los menores de hasta 18 años era indigente. Se alcanzan picos superiores al 55% en Misiones, Chaco, Corrientes y Salta (Tabla).

Las regiones del país más castigadas por la indigencia son la nordeste y la noroeste, así como el segundo cordón del Conurbano bonaerense. En octubre de 2001, poco antes de la devaluación y la cesación de pagos del país, había en la Argentina 9,4% de hogares indigentes; en mayo de 2003, 17,9% (Ver La pobreza en Argentina).

Una de las causas más importantes de la desnutrición y de la mortalidad infantil es el bajo nivel de instrucción de las madres. Un 10,6% de los nacidos vivos en 2001 fueron de madres que no habían completado la escuela primaria. Los porcentajes más elevados se encuentran en la región nordeste, con el 30,8% (Indicadores de salud).

La falta de control médico en embarazadas y recién nacidos es otro factor clave, que se relaciona en parte con el nivel educativo de las madres. La captación del embarazo en las madres de bajos ingresos es mucho más tardía que en las de ingresos más altos, aun cuando estas últimas tampoco posean obra social. La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), realizada en 2001 por el SIEMPRO y el INDEC, mostró además que sólo el 34,8% de las mujeres de 25 y más años de la Argentina había realizado una consulta ginecológica en los últimos 12 meses. Sin embargo, las mujeres no pobres difieren marcadamente del resto en la frecuencia de la consulta médica. (4)

Un problema con gran incidencia sobre la desnutrición y otras enfermedades infantiles es la falta de servicios sanitarios básicos. Según el Censo Nacional 2001, el 15,9% de los 10,1 millones de hogares de la Argentina carece de provisión de agua dentro de la vivienda. Los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI)

-indicador de la pobreza estructural de una sociedad- son el 14,3% del total. De ellos, no tiene agua dentro de la vivienda el 50,8% (5).

Los tipos de desnutrición

La forma más importante de desnutrición es la proteico-calórica, que suele dividirse en dos tipos, aunque a veces se superponen: marasmo y kwashiorkor.

El marasmo está causado principalmente por deficiencias energéticas y se distingue por la gran delgadez del niño. Se desarrolla generalmente en el primer o segundo año en chicos que no son amamantados o que sufren de diarrea crónica. El marasmo severo se ve acompañado por una profunda debilidad. Los niños en esta condición pierden grasa y músculo y adquieren una apariencia esquelética. Además de ser pequeños para su edad, sufren infecciones frecuentes. Otros síntomas incluyen piel seca y arrugada y pulso y respiración lentos.

El kwashiorkor -una palabra que se origina en un lenguaje nativo de Ghana- es causada por un déficit proteico y se presenta generalmente en el lactante mayor o en el preescolar. Se caracteriza por la retención de líquido o edema, alteraciones en la piel, cambios en el color del cabello, pérdida de apetito, apatía y, comúnmente, anemia y diarrea. La acumulación anormal de líquido puede hinchar el abdomen, de modo que a los padres el niño suele parecerles "gordo". Algunos chicos pueden sufrir a la vez marasmo y kwashiorkor.

Otras formas de desnutrición se originan en las deficiencias de micronutrientes -así llamados porque se necesitan en pequeñas cantidades-, como las vitaminas y la mayoría de los minerales, de los cuales los más importantes son la vitamina A, el hierro y el yodo. La deficiencia de yodo es la principal causa prevenible de retardo mental y daño cerebral en el mundo. También es origen frecuente del bocio, enfermedad que se caracteriza por el aumento del tamaño de la glándula tiroides y que en nuestro país afectaba especialmente a la región andina. La utilización de sal yodada desde los años sesenta ha permitido reducir significativamente los desórdenes por falta de este micronutriente.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), si bien en nuestro país no hay datos completos sobre anemia por falta de hierro, la deficiencia de este nutriente en niños menores de dos años se encuentra bien documentada por diversos estudios. La prevención se realiza mediante suplementos de hierro para los niños y de hierro y ácido fólico para las embarazadas.

La carencia de vitamina A -sobre la cual hay escasez de datos para la Argentina- es la causa más importante de disminución visual y ceguera infantil en los países en desarrollo. El déficit leve puede afectar el sistema inmunológico y hacer que los niños sean menos resistentes a enfermedades como el sarampión y la diarrea.

La prevención de la desnutrición

Según la Organización Mundial de la Salud, para solucionar el problema de la desnutrición no es suficiente un plan con "una buena cobertura técnica". Lo que distingue a los programas exitosos es que en ellos "las comunidades están involucradas en identificar los problemas y movilizar la acción y los recursos para resolverlos".

Un enfoque en la alimentación complementaria combinada con una atención continua a la protección, promoción y apoyo de la lactancia materna hará frente a una importante causa de desnutrición. Los programas deben poner especial énfasis en el periodo crucial que va de la gestación a los 18 meses de vida.

Tratar de mejorar el estado de los niños en materia de proteínas y energía no dará como resultado un óptimo crecimiento si no se abordan simultáneamente las deficiencias en micronutrientes, que son tratadas con diversificación de la dieta, alimentos fortificados o productos farmacéuticos.

Un estudio del International Food Policy Research Institute, que examina la experiencia de 63 países en desarrollo entre 1970 y 1996 (8), concluye que, del conjunto de determinantes de la desnutrición infantil, la educación de la mujer es el que tiene la influencia mayor.

La proporción de niños menores de cinco años desnutridos en los países en desarrollo se redujo de 46,5% en 1970 a 31% en 1995. El estudio estimó que el progreso en la educación de la mujer es responsable del 43% de esa disminución. El aumento en la disponibilidad de alimentos per cápita contribuyó con el 26% de la baja y las mejoras en el ambiente sanitario con el 19%. Los avances en la situación de la mujer en la sociedad explican otro 12% de la caída de la desnutrición infantil.

El aumento del ingreso per cápita nacional, al influir sobre los factores arriba enumerados, es responsable del 50% de la reducción total de la desnutrición, si bien es necesario tener en cuenta el grado de equidad de la distribución del ingreso.

La conclusión es que los programas deben complementar las intervenciones nutricionales directas, como la promoción de la lactancia materna y la educación nutricional, con medidas que mejoren la instrucción y la situación social de la mujer, el suministro de alimentos y el ambiente sanitario.

En nuestro país es necesario producir un cambio de raíz en las políticas y la administración de la salud pública, así como avanzar en su coordinación con el sector privado. La solución integral del problema exige, además, abordar las fuertes desigualdades regionales y la distribución inequitativa del ingreso en la sociedad

Ayudemos!! "esto es en nuetro Pais.."



Fundación Huerta Niño
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Vergüenza: en Argentina, donde se producen alimentos para dar de comer a cientos de millones de personas, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año. Los datos oficiales, que miden la mortalidad infantil en 12,9 por mil nacidos vivos contrastan con el reciente informe de Unicef: 14 por mil. "No nos importan los datos teledirigidos del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), lo que está a la vista y nos golpea a todos son cosas sencillas y evidentes" dice el obispo de Humahuaca, Pedro Olmedo.

En el país más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, ocho niños mueren por día antes de su primer cumpleaños. En Cuba, la tasa de mortalidad infantil es de cinco por mil.

La desnutrición sufrida durante el embarazo y en los primeros meses de vida produce daños irreparables en el ser humano: retraso mental y físico, bajo peso y talla y dificultades en el aprendizaje. El informe de Unicef revela que el 66% de los niños y las niñas mueren en su primer mes de vida; "más de la mitad de estas muertes son evitables", detalla el documento.

La falta de alimentación está sumada a las condiciones de vida: la carencia de agua potable y de desagües cloacales favorecen la aparición de enfermedades infecciosas como la diarrea o la parasitosis que, en edades tempranas, provocan la muerte. En 2004, el Departamento de Maternidad e Infancia del Ministerio de Bienestar Social de Jujuy realizó un relevamiento por zonas que alcanzó a más de 50 mil niños (es el último estudio provincial al que se puede acceder).

Los datos reflejan que en la Puna jujeña (Departamentos de Cochinoca, Santa Catalina, Susques, Rinconada y Yavi) casi la mitad de los niños tiene bajo peso. Le sigue la Quebrada -Departamentos de Tumbaya, Tilcara y Humahuaca- con el 19,4% (el promedio provincial de bajo peso era entonces del 16,5%).

Mientras que según datos oficiales la tasa nacional ha descendido, en la provincia de Buenos Aires, la más rica del país en términos económicos y productivos, la mortalidad infantil ha pasado de 12,5 en 2006 a 13,5 en 2007.

En esta provincia, donde se tira una semilla y crece, durante 2006 murieron 3.280 bebés menores de 1 año y en 2007, 3.531: 10 bebés por día.

En La Matanza, el más grande conglomerado del conurbano, donde los chicos se venden por comida, 345 niños murieron en 2007 sin alcanzar su primer año de vida. Las cifras de la mortalidad en el Gran Buenos Aires sirven para diluir el mito de que el hambre sólo está en el Norte: 951 bebés menores de un año murieron durante 2007 en las localidades de Lomas de Zamora, Quilmes, Almirante Brown, Florencio Varela, Morón, San Miguel, Hurlingham, San Isidro, Merlo, Avellaneda y Lanús. En un año, el número de muertes evitables se incrementó en 100: durante 2006 murieron en esa zona 862 bebés.
El estudio afirma que el Estado debería evaluar y corregir la orientación de sus políticas sanitarias y priorizar efectivamente las acciones de Atención Primaria. Más allá de las cifras, la investigadora de la Universidad de Buenos Aires y de Flacso, Mónica Sacchi analiza en su libro Mortalidad Infantil, un nombre, un rostro, una familia, seis casos de muerte de nenas y nenes que no llegaron a cumplir su primer año de vida. Sacchi realiza un estudio microsocial (condiciones de vida y salud materna) a partir de las percepciones y los significados que las madres asignaron a las muertes.

ES POR NOMBRAR ALGUNOS MOTIVOS PARA REVELARNOS ANTE LA REALIDAD QUE VIVIMOS

jueves, 26 de agosto de 2010

Pobreza extrema



Hice este post para q vean en la pobreza extrema en q estan viviendo muchas personas en distintas partes de Africa...

Necesitan de nosotros


Todos nos preguntamos xq sucede esto...y al ver imagenes como las q se presentan en esta pagina... sentimos cierta bronca.... el mundo esta lleno de injusticias... si, muchos viven llenos de lujos.. sin echar una mirada atras... y apoyar a quienes mas lo necesitan... los gobiernos gastan millones de pesos en armas nucleares y armamento en general para tener bien equipados a sus soldados para las guerras... ah y encima de eso se atreven a bendecir a quienes se dirigen a esto.."INCREIBLE"

q triste....


la verdad es q da mucha pena q simples niños tengan q hacer trabajos de gente mayor sin apenas tener una opcion en la vida....

por favor ayuden a esos niños


..por favor ayuden a esos niños aganlo......................todo aquel que mire esto y tiene la posibilidad de colaborar hagalo y no miren el por que, solo Dios sabra recompensarles. Le pido a Dios que permita llegar ayudas a este pais y que se supere la desnutricion en africa y enseñar a nuestros hijos lo milagroso que es tener la comida del dia a dia. Aquellos que no la tienen como son estos niños, la piden a gritos gracias y que Dios bendiga enormemente al que pueda ayudarlos......................................... ................
El señor Dios tenga misericordia y que cada uno de nosotros. Pensemos antes de hacer un mal a otro
estas personas necesitan de tu oracion y de tu humildad............

148 millones de niños menores de cinco años están desnutridos en el mundo


Una mayor inversión de los Gobiernos de estos países en estrategias de salud, tales como la promoción de la lactancia materna, campañas de vacunación del sarampión, la lucha contra la malaria (enfermedad que provoca el 49% de las muertes en África subsahariana, que al mismo tiempo es el lugar donde nacen el 22% de los niños del mundo) o la lucha contra el sida, son las principales causas esta reducción, según ha afirmado la Directora Estratégica de Sensibilización e Imagen de Unicef en España, Amalia Navarro, en declaraciones para Público.

Unicef ha puesto de manifiesto que en 1990 morían 93 niños por cada 1.000 nacidos vivos y que en 2007 el promedio fue de 68 muertes por cada 1.000. Mientras, en los países industrializados se producen, como promedio, sólo seis muertes por cada 1.000 nacidos vivos.

La desnutrición es, según Unicef, un factor que contribuye en más de una tercera parte de los 9,2 millones de muertes de menores de cinco años del mundo. Pese a que desde 1990 se han logrado avances con respecto a la reducción del porcentaje de niños y niñas menores de cinco años con peso inferior al normal, se calcula que en los países en vías de desarrollo aún hay 148 millones de niños y niñas desnutridos.

La desnutrición es una de las principales causas de mortalidad y Unicef está muy preocupada por esta crisis alimentaria, que ha provocado que en países como Somalia se produzca una aumento del 200% en los precios de los alimentos. Si a esto le sumammos la actual situación de sequia y la subida de los precios de los carburantes, la situación se puede catalogar de emergencia, afirmó Navarro.

Importancia de la alimentación infantil

Importancia de la alimentación infantilLa niñez es la etapa de la vida donde más cambios se producen, estos cambios tienen que ver con el crecimiento tanto físico como intelectual de los niños, en ello radica la importancia de la alimentación infantil. Dentro del vientre materno el niño depende de la alimentación de la madre para su normal desarrollo; una vez que nace hasta fines de su adolescencia necesita incorporar alimentos esenciales, que aseguren su crecimiento tanto físico como intelectual. Nutrición sana para niños Para que una nutrición para niños sea sana debe incluir los siguientes nutrientes: * Proteínas de alto valor biológico: Estas contienen aminoácidos esenciales para la formación de células, tejidos, sistema nervioso (neuronas), huesos. Estas proteínas se encuentran principalmente en las carnes y clara de huevo. * Hidratos de carbono: Son muy importantes como fuente de energía. Estos hidratos de carbono se pueden encontrar en verduras, frutas, legumbres y cereales integrales, que además aportan vitaminas y minerales, necesarios para distintas reacciones químicas que intervienen en el desarrollo integral del niño. * Grasas: Son esenciales para la formación de membranas y el establecimiento de las adecuadas conexiones neuronales. Dentro del grupo de las grasas encontramos como fundamentales ácidos grasos poliinsaturados (omega 3, omega 6, omega 9, etc.), ácidos grasos monoinsaturados (acido oleico, linoleico, linolénico, etc.). * Hierro: Este mineral es de suma importancia dentro de la alimentación infantil, sobre todo desde el nacimiento hasta los 3 años de edad, ya que es el período de mayor crecimiento tanto intelectual como físico. En esta etapa es donde el niño tiene mayor demanda de nutrientes, entre ellos el hierro. Se puede encontrar en el grupo de las carnes y vegetales de hojas verdes (acelga, espinaca, brócoli, legumbres, etc.) * Calcio: Este es otro de los minerales fundamentales para la formación ósea. Su aporte se consigue a partir del grupo de los lácteos. * Zinc: El zinc actúa como catalizador en el desarrollo del sistema inmunológico y en los procesos de desarrollo óseo y muscular de los niños. Se puede encontrar en carnes, sobre todo pescado, leche, vegetales verdes, etc. * Vitaminas del Complejo B: Se encuentran en los cereales integrales (avena, cebada, germen de trigo, salvado de trigo, maíz, legumbres, etc.) Como podrás observar la importancia de la alimentación infantil radica en que es fundamental para lograr el mayor potencial físico, mental e intelectual de los niños. Por ello es muy importante que controles el peso y talla de tu niño, ya que estos dos parámetros son esenciales para establecer como está creciendo. Estas dos simples mediciones pueden indicar si la alimentación está siendo la adecuada.